lunes, 15 de junio de 2009

"mamá, papá: soy gay/ soy lesbiana"

5. RE-ESTABILIZACIÓN Y TOMA DE DECISIONES.

Al mismo tiempo que el golpe disminuye, y a veces tras pasar una fase de depresión en alguna de las etapas anteriores, tus padres serán más capaces de manejar más racionalmente éste tema. Es muy común que en esta etapa ellos se retiren un poco y comiencen a considerar las opciones que hay en el futuro.

Es como llegar a un cruce de caminos en una carretera el cual tiene numerosas direcciones. La opción que cada persona tome es un reflejo de la actitud que él o ella están dispuestos a adoptar para manejar esta situación. Los dos padres pueden no necesariamente tomar el mismo camino. Muchos factores tanto personales o sociales como religiosos, serán una influencia para ellos. Existen millones de posibles actitudes que los padres pueden tomar pero sólo explicaremos algunas:

Verdadero apoyo.

La mayoría de los padres continuarán amando y queriendo a sus hijos en una manera que les permita decir “Te quiero”. Y aceptarán la realidad de la orientación sexual de sus hijos brindando su apoyo. A decir verdad, ahora que las relaciones entre padres e hijos alcanzan este nivel de mutua honestidad y confianza, muchos padres se atreven a decir que su relación es mejor que como era antes. Todas las partes comienzan a sentirse mejor tras lo que ha sucedido.

Aunque puede que pase determinado tiempo antes de que esto suceda, poco a poco los padres comenzarán a estar conscientes de tus necesidades, conscientes de tus problemas, etc. Muchas veces se darán cuenta de todas las tensiones y problemas por los que tuviste que pasar durante tantos años y se sorprenderán de la manera como lo manejaste.

Apoyo condicionado.

En otras ocasiones ellos pueden proponerte un apoyo condicionado: “Te queremos y te aceptamos. Pero, para contar con nuestro apoyo plenamente debes de…”. Esas condiciones pueden variar mucho: desde pequeñeces a las que tú no das importancia y por tanto lo aceptas sin ningún problema, hasta cosas que no puedes aceptar sin comprometer seriamente tu mismo ser. En este último caso el camino continúa hacia alguna de las siguientes posturas.

Hasta aquí y no más.

Algunas veces los padres toman su posición diciendo que este tema ya no requiere mayor discusión. Aunque ellos pueden discutir sobre el tema, se encuentran con que son demasiado frágiles para manejarlo. Ellos finalmente llegaron hasta aquí y ya no desean llegar más lejos. Esto no necesariamente implica una actitud negativa hacia ti. Simplemente que ellos, aunque te quieran, conocen sus limites y no quieren ser empujados más allá de ellos. Aunque deberás respetar esta postura puedes hacer algunos esfuerzos para que avancen, máxime con el tiempo como aliado.

Siempre diles lo mucho que los quieres, tanto en palabra como en obra. Cuidadosa y sabiamente diles algunas cosas relacionadas con tu sexualidad. Déjales saber que no dejarás que ellos se separen de ti por esto.

Si lo ves conveniente en algún momento, poco a poco preséntales a algunos de tus amigos. El hecho de que conozcan a otras personas homosexuales les ayudara a romper esos estereotipos que pueden tener.

Lucha constante.

En algunas cosas tu orientación sexual se tomará como arena para la constante lucha entre padres e hijos/as. Todo lo que hagas o digas será visto como un síntoma de tu “problema”. Hacia dónde vas, de dónde vienes, tu lenguaje, tus amigos, tu elección de carrera, tus notas en la escuela, etc. Todo esto solo refleja que tus padres personalmente aún no se adecuan.

Mientras esta condición exista, ambos, padres e hijo/a, están en una posición en la que nadie ganará. Definitivamente, si este es el caso, intenta que tus padres hablen con otros padres y si esto tampoco parece funcionar, no te desanimes. Mientras continúas este proceso, encuentra un sustituto para tus padres o un amigo a quien puedas acudir cuando necesites apoyo.

Recaídas.

Aunque llegamos al punto en el que las actitudes personales pueden ser modificadas, éstas se llevan a cabo, a veces, dando dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. No es poco común que los padres regresen a su estado inicial de cómo pensaban de ti. Sin embargo dales el tiempo necesario para volver a trabajarlo. Será muy decepcionante para ti cuando esto suceda pero ten por seguro que eventualmente el cambio se dará. Posteriormente volverán a avanzar.

Vete de la casa.

Si consideras la posibilidad de que tus padres te echen de la casa no se lo deberás decir. Ese fue nuestro punto de partida. Se busca que las cosas mejoren, no que empeoren. O, si vivieras una situación muy difícil con ellos, tras haber oido opiniones sensatas, deberás tener, previamente, una opción de remuneración económica para ganarte la vida como “seguro de vida” ante lo que pueda pasar. Debes ser autosuficiente económicamente aunque sea pasando ciertas dificultades. No te atengas a ofrecimientos relativamente etéreos de ayuda.

Tomando en cuenta este conjunto de dificultades no son pocos quienes prefieren revelarlo solamente a uno de los padres (generalmente a la madre en el varón; muchas veces al padre en la mujer) por considerar más probable la aceptación, menos traumático el proceso y más acorde a sus propias fuerzas psicológicas. Otros, considerando muy difícil la aceptación de los padres, pero necesitando un adulto responsable con quien consultar sus problemas, buscan un tío/a o familiar maduro y cercano como confidente. Otros optan por consultar con un psicólogo/a de buena conducta (a veces de una asociación gay) o una persona religiosa de buenas costumbres y con mente abierta.

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